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Parte de la ironía

viernes, 11 de diciembre de 2015

Tarde de lluvia

Tarde de lluvia, Santiago Rusiñol
Paz, tranquilidad... Dejar la mente divagar, observar la naturaleza en su estado más puro, oler la esencia de la lluvia en la tierra cultivada...
Quizás no todo sea como se desea ni las condiciones sean como se gustaría. La vida puede convertirse en un duro juego de supervivencia en la que alguna que otra vez haya que posicionarse en un estado de sumisión, pero nadie puede robarnos ese momento. El momento en el que nos paramos a observar nuestro alrededor y que a pesar de toda circunstancia o situación, todo lo que vemos es belleza.
Perder la mirada en el oscuro horizonte y llevar la imaginación a otro lugar, a aquello que gustaría que ocurriese o aquello que quizás nunca debería de haber pasado, a aquel muchacho que supo encandilar con solo una mirada, aquella vez en la que el sentimiento de verdadera alegría llenó el alma al saber que un segundo hermano llegó al mundo... A pesar de las circunstancias, valorar lo que se tiene y las alternativas que aún podrían iluminar los ojos de aquel que tenga la oportunidad de vislumbrarlas. Porque los tonos grises hacen que valoremos más los colores que viajan a través de nuestros caminos, y eso probablemente sea lo más importante.
«Aunque ahora tenemos lo que nuestras manos llenan, lo importante es que el alma sea el lugar donde albergue la dicha y la abundancia. Quizás no tenga títulos ni la mayor de las mansiones, pero al fin y al cabo puede que las personas más ricas sean más pobres que mi nombre», piensa.

No todas las tonalidades oscuras tienen la obligación de inspirar sentimientos similares.

domingo, 28 de noviembre de 2010

"Nos volveremos a ver..."

Veo tu rostro aparecer entre la multitud con expresión decidida y tranquila, esperando llegar a tu destino en breve...
Te miro de reojo, esperando una respuesta a mis ojos inquietos. Esperando que el azar haga que mires hacía mi y recuerdes todo nuestro pasado juntos, hace tanto tiempo...
Pero nada juega a mi favor en ese preciso instante y pasas casi rozándome, algo que hace que sienta el calor que desprende tu cuerpo. Algo que me hace desear cogerte del brazo y pedirte perdón por todo lo que te he llegado a hacer en aquel pasado tan tortuoso, rogarte que vuelvas a mis brazos, gritar todo lo que siento por ti, reprocharte el ser diferente a los demás, hacerte pagar por cada año en el que he estado buscando el calor de otra persona que me haga sentir lo mismo que tú... Pero mi cuerpo no responde a mis deseos.
Ambos nos perdemos sin ninguna pausa entre las personas que no admiten una pausa.


domingo, 7 de noviembre de 2010

Sueños entre alguna pesadilla

Cerramos la puerta al pasar.
Nos sentamos... Estamos solos. Juntos. Pero a la vez distanciados.
La habitación estaba decorada de manera exquisita, y nuestros cuerpos se movieron hacía un precioso sofá victoriano de color granate.
Los dos nos mantenemos en silencio, sin recordar el propósito que nos había echo estar solos.
No tenemos de que hablar, aunque el silencio lo dice todo.
Por mi mente no dejan de pasar imágenes de lo que mi cuerpo deseaba hacer, pero la razón me lo impedía.
Nunca me había parado a observarte detenidamente. Aún así siempre había sentido algo hacía ti, por mucho que dijese que no eran más que tonterías de niñas pequeñas.
El deseo hacen que nuestros pensamientos se enfrasquen en un mismo círculo, haciendo que cada vez haya más silencio dentro de aquel primer silencio creado por nuestras ideas más perversas.
"No puedo soportarlo" Susurré para mi misma.
En ese momento parecía que aquellas palabras sacasen algo de ti... Un deseo incontrolable.
Te giras rápidamente y me tumbas con brusquedad sobre aquel sofá tan confortable, haciéndome sentir como todo mi cuerpo temblaba al poder desatar todo lo que quería hacer. Pensar en como tus labios recorrían mi cuello y mi cuerpo mientras susurrábamos lo odioso que era soportar nuestros propios impulsos, hasta que nuestras voces cesaron al cerrar nuestros ojos, dejando que nuestros sentidos tomaran el control del momento.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Sonríe


"Y que sonrías con toda tu energía,porque todos estamos tan tristes como tú..Así que simplemente SONRÍE."

No abusaré de los sentimientos de nadie,ya que nunca pretendí eso.
Tampoco seré egoísta.
Hoy mandarán tus impulsos con ayuda de los míos.